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13 de diciembre de 2009

~ ¿Por qué es Madrid la Capital de España? (Parte 1)

No se si vosotros os lo habéis preguntado alguna vez, pero sin duda es una buena pregunta ¿Qué llevó a Felipe II a fijar la Capital de sus reinos en Madrid?, ¿Por qué Madrid?; bueno eso es algo a lo que vamos a intentar dar respuesta en el post de hoy.

Placa del Kilómetro Cetro en la Puerta del Sol

Aunque a priori el tema nos pueda parecer badalí no lo es en absoluto, sin duda, en un simple ejercicio de historia-ficción concluiramos que la historia de España sería bien distinta si la capital hubiése sido Barcelona, Sevilla, Valencia o Lisboa, por todo ello cabe preguntarnos:

¿Qué llevó a Felipe II a establecer la sede de la Corte en Madrid convirtiendo a esta Villa en la Capital de España?.

En el estado feudal el poder se repartía entre una serie de señores feudales que eran reyes en su feudo. El rey era un señor feudal mas, pero considerado el "primus inter pares", es decir, primero entre iguales. El estado estaba descentralizado en feudos, pero los reyes intentaban mantener cierta coordinación haciendo uso de la tradición del derecho romano, que aplicaban manteniéndose continuamente en movimiento por todo el reino.

A falta de una red jerárquica de burócratas solo la presencia física del rey podía hacer valer su poder. Y como su poder era muy limitado este movimiento continuo era posible, ya que toda su corte (toda la estructura del Estado en suma) se reducía a unos pocos cientos de sirvientes y colaboradores.

Conforme avanzaban los años los reyes de Castilla fueron desmontando lentamente esta organización feudal. Al aumentar su poder y disminuir el de los señores feudales también aumentaba su capacidad de proyectar su poder en un amplio territorio a través de burócratas, y como además eso hacia que la corte pasase a ser formada por varios miles de personas, muy difíciles de mover, la corte se fuese recluyendo al centro de la red de ciudades castellanas, por esa época el reino mas urbanizado de Europa gracias a la influencia islámica. Esto reduce el número de alcázares por los que se mueven los reyes a Toledo, Segovia, Guadalajara y Madrid.

Isabel y Fernando

Los Reyes Católicos culminaron este proceso de desfeudalización, todo estaba listo para hacer la corte sedentaria, y su elección fue Granada, se comienza a construir una Catedral, se plantea la sede de una Universidad, y tan en serio es esta apuesta de Isabel y Fernando, que ambos deciden ser enterrados en esta ciudad, al igual que el Gran Capitán; no en vano el de Andalucía era el territorio mas rico y poblado de Castilla, lo que entonces equivale a decir de Europa, además de que aún conservaba una impronta musulmana demasiado acentuada y la centralización política en su territorio aceleraría su asimilación. Los Reyes se instalaron en el Palacio de la Alhambra, pero no lograron estabilizar allí la corte por la enorme conflictividad de su reinado.

Carlos I

Carlos I, tras su boda en Sevilla, escoge Granada para su luna de miel y queda fascinado por la ciudad, convencido de que Granada ha de ser la capital de su Corte intenta culminar el proceso iniciado por sus abuelos, conociendo la ciudad del Darro y el Genil un esplendor arquitectónico y cultural como nunca antes había visto; como hitos principales el Emperador funda la Universidad y ordena a Pedro Machuca la construcción de su Palacio Imperial en la colina de la Alhambra, al resultarle incomodas y poco prácticas las dependencias nazaríes, pero las interminables guerras europeas y su obligado peregrinaje le impidieron culminar su proyecto.

Felipe II

Felipe II fue un rey más sedentario y el grado de desfeudalización había llegado al máximo en Castilla sin una revolución, con la idea heredada de fijar la sede de la Corte en Granada pensó terminar el palacio Imperial en la Alhambra, pero la revuelta de las Alpujarras, y la creciente amenaza turca en el Mediterraneo le hizo desistir de ubicar la capital no solo en Granada sino en cualquiera de las grandes ciudades andaluzas, demasiado cercanas a Marruecos y a un mar controlado por turcos y bereberes.

Moriscos en Granada

Así pues se volvió a pensar en el núcleo de la red urbana castellana, motor económico de todo el Imperio. La primera opción fue Toledo, antigua capital del reino Visigodo y Capital Histórica de España, sin embargo varios motivos llevaron a Felipe II a desechar esta idea:

Toledo

En primer lugar la opinión de su mujer, Isabel de Valois, la reina consideraba a Toledo la ciudad más fría y desagradable de las que conocía, cierto es que los terribles inviernos toledanos no le quitan la razón; a la opinión de su mujer habría que añadir otros factores más prácticos como la falta de agua (este tema da para un post a parte sobre el Ingenio de Juanelo) y la orografía de la ciudad, además la supervivencia de posibles rescoldos comuneros eran razones de peso para el monarca, pero sin duda lo que decidió a Felipe II fue que Toledo era la Capital Primada de España y la Corte tendría que convivir con el Arzobispo de Toledo, desde finales del Imperio Romano, cardenal primado de Hispannia, y la persona mas poderosa de la iglesia Católica después del Papa (de hecho sus rentas eran mayores incluso que las de los Estados Pontificios), vamos, como dirían en mi pueblo, mucho pollo para tan poco corral.

Sevilla

Descartada Toledo aparecen nuevas candidatas, Valladolid (de la que hablaremos más adelante), Sevilla (la ciudad más importante de Europa en aquella época) y Barcelona, la capital catalana, aunque nos pueda parecer una buena opción, no lo era tanto en el Siglo XVI.

Puerto de Barcelona

Barcelona era una ciudad pobre, en un territorio pobre y muy feudalizado, que no solo estaba amenazado por mar sino además por tierra al tener demasiado cerca la frontera con Francia. Solo por poner un ejemplo de la situación, Carlos I nuca juro sus fueros aunque sabía que sin realizar este tramite no podía cobrarles impuestos. Siempre se justifico alegando que "las rentas y millones que pudiera recaudar de mis súbditos de Cataluña serian tan ínfimos que apenas podrían cubrir los costes del traslado de mi real persona para realizar dicho juramento"; Carlos I siempre fue un poco chulo, para algo era Emperador del Sacro Imperio. Por supuesto, esta Barcelona no tiene nada que ver con la Barcelona, rica, pujante y enérgica que conocemos hoy, si Carlos I levantase la cabeza.

En realidad si hubo una ciudad que estuvo en condiciones de arrebatar la capitalidad a Madrid fue, a partir de la Unión Ibérica con Portugal en 1580, Lisboa.

Lisboa

La opción lisboeta es necesario sopesarla convenientemente, en 1580 hacía ya 20 años que Felipe II había fijado la sede de la Corte en Madrid, sin embargo su padre, Carlos V, entre los consejos que dejase a su hijo antes de morir, figuraba la tarea de completar la Unión Peninsular y el posterior traslado de la Capital a Lisboa, pensando en la asimiliación del reino y en el comerico americano, en realidad al Emperador nunca le pareció buena idea fijar la Corte en Madrid, llegando a confesarle a su hijo que si se empecinaba en mantener la capital en Madrid perdería el Imperio.

Construcción del Monasterio del Escorial

El traslado de la Corte a Lisboa nunca sucedió, la capital portuguesa tenía a favor su puerto, entonces el mayor y más importante de Europa, su clara posición atlántica, clave para las comunicaciones americanas, y su lejanía de las fronteras terrestres, sin embargo, las tensiones con la nobleza portuguesa, el simple deseo de Felipe II de no alejarse de su Monasterio del Escorial y las nada despreciables presiones de la nobleza Sevillana, que vio peligrar la exclusiva del comercio con América, fueron razones de peso para el monarca.

Sevilla

Descartadas las principales ciudades del Imperio, Felipe II solo tenía claro que la futura sede de la Corte, debería estar en Castilla, no olvidemos que en la Edad Moderna era el corazón de Europa, el reino mas rico, urbanizado e industrializado del Continente, con las instituciones políticas mas avanzadas, con la cultura mas innovadora. Desgraciadamente, nada que ver con lo que se convertiría a partir del siglo XVIII.

Desaparecido Alcazar de Madrid

Y es entonces cuando la opción de Madrid entra en juego.




Tras este largo post, dejo para el próximo la conclusión de la historia de la elección de Madrid como capital, el fugaz traslado a Valladolid y los primeros pasos de la Villa y Corte.


Lector, te haya gustado o no la entrada, no olvides que tus comentarios siempre son necesarios.



3 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Y la segunda parte de este post? Llegué a la primera por casualidad, pero ahora no encuentro por ningún lado la continuación... y me gustaría saber cómo termina la argumentación.

Anónimo dijo...

¿Donde está la segunda parte? Me he vuelto loco buscandola... Lastima por el Blog, el contenido es bueno, pero uno se pierde facilmente...

kykesi@kykesi.es dijo...

Dios Santo, cantidad de barbaridades y sin sentidos, yo te rogaría que estudiaras de nuevo desde los albores de la Edad Media hasta el fin del Imperio.
Matrice, Maehrit, Madrid se merece un estudio más profundo que la pura charlatanería. Un cordial saludo.